LA CATEDRAL DE LA ENCARNACIÓN

La Catedral de la Encarnación se comenzó a construir en 1528, según las directrices de los arquitectos Diego de Siloe y Enrique Egás. Su planta se diseñó y empezó a construir unos años antes, en estilo de los Reyes Católicos (gótico tardío) pero su alzado se resolvió según los arquitectos señalados, en lenguaje clasicista. El influjo de Siloe se comprueba en la cabecera y el altar mayor, muy parecido a los de la Catedral de Granada. Pese a la intervención de diversos arquitectos, el edificio conserva una gran unidad, tanto externa como interna, resaltando su ritmo armónico y su templada solemnidad.
Muchas obras de arte de interés se conservan en su interior: el Retablo de Santa Bárbara, gótico, el Retablo de Santa Clara, renacentista, La capilla de la Virgen de los Reyes, imagen que donó la reina Isabel la Católica a la ciudad, el cuadro de la Virgen del Rosario, la Capilla de los Caídos…

Su exterior, es de estilo renacentista; y queda dividido en dos pisos. Por un lado, en el inferior se suceden tres arcos que dan paso a tres puertas, en las que se representan a los patronos de Málaga, San Ciriaco y Santa Paula, y en la central se representa la Anunciación del Señor.
La Catedral de Málaga está contigua al parque de la ciudad. Tiene sus jardines y un bonito patio de naranjos. Algunas de sus características más singulares son la inacabada fachada y la torre sur, a la que los malagueños llaman “La Manquita”.
La Catedral de la Encarnación de Málaga está declarada Bien de Interés Cultural, y monumento desde el año 1.931.

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